LA IMPORTANCIA DEL ASEO ENERGÉTICO EN NUESTRO DÍA A DÍA

Hace años, cuando empecé a experimentar el mundo de la energía, me di cuenta de la cantidad de elementos y de planos de conciencia que podemos encontrarnos. Y cada elemento y plano, según su vibración, se puede expresar de tantas formas como sea capaz de idear y crear.

Normalmente, cuando hablamos de estos planos de conciencia o de energía en general, las primeras ideas que solemos tener son formas etéricas o “cosas” que están y ocurren en el “más allá”. De alguna forma, identificamos lo energético con lo sutil y lo invisible, como algo que se encuentra en algún lugar casi inalcanzable o como algo que esta ahí pero que no comparte ningún tipo de conexión con el mundo físico en el que vivimos.

En realidad, todo ello queda bastante alejado de lo que realmente es.

El mundo en el que vivimos es “físico” (o al menos, eso parece) pues el 99,99% de lo que vemos e identificamos como físico es pura energía. Solo ese 0,01% podríamos identificarlo como elementos materiales. Aunque esto es un tema que abarcaré mas adelante, podemos decir que en realidad, la materia no existe como tal, sino que el mundo o los mundos que llamamos “físicos” no son mas que planos donde la energía se ha densificado tanto que somos capaces de captarla a través de nuestros cinco sentidos como una realidad absolutamente palpable.

Pues bien, esto es lo que ocurre con la energía. La manifestación de la misma puede ser de tantas formas como velocidad vibracional alcance. Y, según su velocidad de vibración, se manifestará en conciencias mas densas o mas sutiles, entendiendo lo denso como una vibración mas lenta y mas pesada y sutil como una vibración mas rápida y mas ligera.

Comprendiendo esto, vemos que la energía, aunque pueda vibrar a velocidades muy diferentes y pueda manifestar diversas formas, nunca esta separada entre sí. El plano uno no está separado del dos, que tampoco esta separado del tres y así consecutivamente.

El plano-planeta donde vivimos es un plano energético como cualquier otro y éste cohabita con los demás, pudiendo mezclarse con ellos si en nuestro día a día nos conectamos a las frecuencias donde se encuentran. Justamente en este momento de gran removida y re-estructuración energética, estamos viviendo con muchos planos de conciencia a la vez, con lo cual ahora hay un batiburrillo de diferentes planos dimensionales viviendo entre sí que no hay un equilibrio fijo.

Lo denso esta viviendo con lo sutil y viceversa, pues al salir de lo denso y entrar en lo sutil, debemos dejar lo viejo para que entre lo nuevo. Digamos que es algo así como tener un pie en los planos densos y tener el otro pie en los planos sutiles. Mientras estamos reconociendo nuestra verdadera esencia, estamos reconociendo a la vez todo aquello que no nos pertenece para poder soltar y vibrar cada vez mas alto en consonancia con nuestra verdadera identidad divina.

Es por ello que debemos aprender a convivir con todo tipo de energías diariamente. A medida que vamos despertando y recuperando la memoria nos volvemos mas sensibles ya no solo con el mundo energético sutil, sino con el mundo “físico” en el que vivimos, pues somos capaces de ver con mucha mas profundidad todo lo que nos acontece en el plano material.

Como nosotros como seres humanos estamos en este plano-planeta, convivimos con todas las realidades que interactúan con la nuestra, siendo partícipes directa o indirectamente de sus movimientos en cada instante. Es decir, tanto de lo que acontece en nuestro día a día con las experiencias que vamos viviendo como todo lo que se comparte con estas otras realidades, estamos expuestos a entrar en contacto pues, como decía, a medida que vamos evolucionando interiormente, vamos siendo mas sensibles y conscientes de todo ello en nuestras propias vidas dándonos cuenta de que el “más allá” esta mas “acá” que “allá”.

Es por eso que, de la misma forma en la que mantenemos un aseo físico diario cuando nos lavamos o nos duchamos, ya sea por el día a día o porque simplemente nos manchamos con algo, a nivel energético ocurre lo mismo.

A nivel sutil, hay muchos factores que pueden debilitar nuestra energía, ya sean nuestros propios pensamientos negativos, la manera en la que canalizamos y gestionamos nuestras emociones así como factores mas externos como pueden ser seres desencarnados, otro tipo de entidades del astral o la misma contaminación emocional y mental de la conciencia colectiva de nuestra propia sociedad.

Al principio cuando empecé, sentía la energía pero no la veía. Ahora la siento y la veo y nunca deja de sorprenderme la cantidad de elementos que te puedes llegar a encontrar haciendo una limpieza energética o cómo cosas tan terrenales, como la forma en la que nos relacionamos con las personas, puede, a nivel cuántico, generar tantos enganches y vinculaciones que nos drenan la energía y nos mantienen atados a personas, cosas, circunstancias o lugares que ya no nos sirven para nada y que debemos trascender.

Con esto expreso que el mundo material en el que vivimos no esta desconectado de otros mundos y realidades, sino todo lo contrario. Convivimos con ello a cada instante y el hacernos conscientes de ello nos da la oportunidad de tener herramientas que nos ayuden en nuestro día a día para poder limpiar, sanear y transmutar toda la suciedad energética que se puede impregnar en nosotros evitando a la larga que se conviertan en problemas mayores.

Es un hábito mas. Es comprendernos desde un punto mas elevado y ver que no solo somos un cuerpo y que, igual que nuestro físico necesita un cuidado y un aseo, nuestros cuerpos energéticos también lo necesitan. Es como una parcelita mas de nuestro día a día. Cualquier técnica de limpieza energética la podemos aplicar como parte de nuestra rutina siempre que lo sintamos. No hay momentos ni formas de hacerlo especiales, simplemente es reconocerlo como algo natural, haciéndolo fácil y sencillo.

Todo ello nos permite convivir con todo tipo de energías y saber que no estamos desamparados frente a nada. Es una forma de ser conscientes de que podemos interaccionar con la energía nosotros mismos y de recuperar nuestro poder para ejecutarlo.

Eso sí, no nos olvidemos nunca que por muchas herramientas que tengamos, siempre serán una ayuda extra. La verdadera herramienta somos nosotros mismos, con nuestras capacidades, nuestras decisiones y nuestras actitudes frente a la vida que crean en mayor medida aquello que vivimos en nuestra realidad y que son nuestras mayores intenciones junto con todas las herramientas que tengamos en nuestras manos y nuestros corazones las que mueven y accionan la magia para que todo sea posible.

Jose.